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jueves, 5 de noviembre de 2009

2.1.- Conociendo Anekal y los alrededores

23 de Julio de 2.009

Puedes ver fotos del Zoo si pinchas en la foto.






Fuera por agasajarnos con lo que nuestros amigos del Cirw consideraban lo más, fuera porque no sabían qué carajo hacer con nosotros durante los 5 días que habíamos amenazado quedarnos, la cosa es que la nuestro segundo día en Anekal lo iniciamos en visita a un Parque zoológico, o algo similar, a unos kilómetros de allí.
Para agravar el rubor que no habíamos logrado mitigar aún, Anil había dispuesto que nos acompañaran Baabu (chófer ), Cyril y Praveen. Este último, nuestro apoyo y respiro durante el resto de días, es un “hermano” jesuita que colabora con Patrick, también hermano jesuita, en la gestión directa del hostel de chicos y en la gestión general del conjunto de hostels (comida, suministros…). Para vuestra información: existen, por ahora, 4 hostels. En Anekal Taluk (centro urbano) hay dos. El de chicos y el de chicas. En ambos casos, una cincuentena de residentes de entre 8 y 18 años. Y un tercero y un cuarto, el de Basavanapura y su “escisión” de Vabasandra, de los que ya he hablado. Más pequeños, en aldeas rurales y para enanos de 3 a 7 años.
Estábamos ya en el todoterreno con nuestros guías de camino al zoo. A pocos km de Anekal nos desviamos hacia una aldea de entre las muchísimas que íbamos dejando a ambos lados de la carretera. Más grande que Basavanapura,  Gounerahalli parecía un núcleo más populoso, con niños (¡) cargando agua, niñas trabajando esteras y vacas rebuscando entre la basura. Algún vehículo de motor le daba un toque más urbano. El desvío a Gourenahalli se debía al interés de nuestro “equipo” de guías en que conociéramos el centro comunal de la aldea. Gracias a dios no nos esperaba nadie. Pudimos conocer, sin embargo, a algunas mujeres responsables del taller de confección que allí se ubica, a las alumnas (algunas musulmanas) del taller… Un espacio, nos contaba Praveen, que podría reconvertirse en un quinto hostel al modo de Basavanapura –rural, para pequeños- pero con una peculiaridad: serviría para “sacar” de la calle a niños trabajadores que no tienen oportunidad de formarse. O sea, estaba claro que era una propuesta en toda regla. O sea, guías 1, Taldeka 0. Nos vamos al zoo.
El parque zoológico tiene un ecosistema propio. Y no me refiero al hábitat de los animales. Puestos de comida o bebida desvencijados,  mendigos, vendedores de fotografías… y la ida y venida de los viejos autobuses que recorren el parque abierto. Un mundo. El recorrido en bus fue agradable. Pasábamos por las distintas áreas o hábitats de animales en libertad, tigres, osos, búfalos, cruzando espectaculares portones vallados tipo jurasic park y deteniéndonos para las obligadas fotografías. Me gustó más la visita al otro recinto, al zoo clásico que recorrimos andando. Y quizá no tanto por los animales que se exhibían; más bien por lo que podíamos observar entre los visitantes: militares, familias musulmanas, parejas…. en un oasis de paz, de relajación. Demasiado contraste con el Gouranahalli que acabábamos de conocer! Me quedo con la imagen de los gigantescos “Banyan tree” en cualquiera de cuyas ramas cabría la sede de nuestra asociación, los bosques de bambú, los termiteros… la reconcentrada conversación entre Praveen y Karmelo (dudo que vieran ningún animal..), a Baabu y Cyril paseando de la mano, algo, al parecer, habitual y aceptado entre hombres en un país donde la homosexualidad está invisibilizada…
Comimos allí mismo, en un restaurante más o menos convencional. Invitamos a Praveen, Baabu y Cyril a comer y aprovechamos para, con las debidas dificultades del idioma, preguntarles muchas de las preguntas que habíamos ido acumulando en nuestro disco duro. Sobre la organización de los hostels, sobre el islam creciente, sobre la población de Anekal, sobre la estructura y recursos humanos del Cirw…

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